¿Cómo saber maridar vinos con comidas?



Descifrar la conjugación entre los vinos y las comidas es un arte, una forma de vida, que con la ayuda de una perspectiva innovadora  llenará de energía la experiencia vivida por el comensal en torno a la cultura gastronómica.

Más allá de la clásica forma de que “los pescados deben acompañarse con vino blanco y los platos de carne deben casarse con vino tinto” el maridaje se relaciona con la explosión de nuevas variedades que se generan casar un buen vino con el plato correcto. A continuación te daremos ciertos tips que te ayudarán a entender cómo funciona la unión de sabores y aromas.


Los vinos se ordenan atendiendo a la intensidad de los platos, es decir si elaboramos un plato con pescados blancos podemos casarlo con vinos blancos y si deseamos degustar de un postre podemos acompañarlo con vinos dulces

Para lograr el contraste es válido practicar lo contrario, buscando el equilibrio entre platos y vinos a través de las sensaciones opuestas que nos ofrecen, es decir, conjugar platos fuertes o altos en grasa con vinos suaves y ligeros o viceversa.


Por ejemplo, emparejar una comida muy picante con un vino tinto con un alto grado de alcohol sería un error, debido a que tanto el plato como el vino producen una sensación de calor que puede llegar a ser molesta para los comensales. La decisión más conveniente podría ser un blanco seco, que proporciona una sensación más fresca.




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