Zoraida Ceballos: Conoce las variedades de uva para el mejor vino
El color de la uva es calificado como la
herramienta fundamental de distinción entre las variedades
de este fruto. Se consideran blancas o tintas dependiendo del color de su
cáscara cuando están maduras.
Hay varios
factores adicionales que las diferencian entre sí, y uno de ellos es el compuesto aromático. Por
ejemplo, algunas uvas, como la muscat,
contribuyen con aromas florales; mientras que otras, como la sauvignon blanc, se distinguen por aportar
aromas herbáceos al vino.
Algunas
tienen aromas más bien neutros y son ideales para aportar estructura y otras
características importantes a un vino coupage.
Sin embargo,
existen otros factores además del color y los aromas, y aquí entran los niveles de acidez, pues estos
también ayudan a diferenciar unas cepas de otras.
En este
sentido, algunas variedades de uva tienen una disposición natural a niveles más
altos de acidez en el momento de su maduración, lo cual influirá directamente
en el vino que se elabora con ellas.
Además,
el clima juega
un papel importante en este caso, cuando es frío, la uva es ácida. Al
contrario, mientras más cálido durante el proceso de maduración de la uva,
esta será más dulce y menos ácida.
Por otro lado,
el grosor de la cáscara y
el tamaño de la uva son otros de los rasgos distintivos importantes. Las uvas
de cáscara gruesa naturalmente tienen más taninos que las de cáscara delgada.
La tonicidad es un factor
ambivalente, algunas veces es necesaria y apreciable, porque le da firmeza y
carácter al vino. Otras veces puede hacer que el vino resulte desagradable en
textura y sabor. En ese caso hablaríamos de un vino áspero, al que se podría
afinar con crianza y guarda en barrica.